Dulce Universo III

Un bosque muy extraño

Todo parecía perdido para añeja coneja, el reino de malvavisco había sido tomado, el orbe de caramelo estaba roto y ella había quedado mal herida por la lucha. Mientras tanto ocurrian sucesos extraños en el bosque de wafles,

Ahí estaba la pobre Coneja: tirada en medio del bosque con medio relleno de fuera, sola y con las patas torcidas... aún modorra intentó levantarse solo para darse cuenta que estaba siendo picada con un palo -¡ah, déjame!- gritó Añeja Coneja horrorizada -¡hay, estás viva! Yo que pensaba enterrarte para hacer composta- Se trataba de una extraña ocelota gris con manchas púrpura. La extraña ocelota la vio con una mirada un tanto perturbadora y le dijo -Se exactamente que hacer contigo- al tiempo que recogió todo el relleno y lo selló con un enorme cierre. -Nuuuuu, nuuuu- gritaba la coneja sin darse cuenta de que ya el cierre había quedado bien puesto -Tranquila, no te pongas friki que ese es mi trabajo, soy Rarosa Ocelota y vivo en este bosque alejada de toda la gente falsa, ¡qué suerte que quedaste bien!- Añeja se levantó lentamente y miró a su alrededor; estaba en medio de un bosque con grandes arboles con hojas de waffles en los que crecían pequeñas bolitas de miel de maple con canela espolvoreada, por doquier crecían arbustos de donas de chocolate glaseadas y de cuando en cuando había un claro que dejaba ver el suelo de galleta de vainilla al descubierto; era un lugar muy diferente del reino de malvavisco.

-Necesito regresar... La reina... El orbe... ¡La perra omega!- comenzó a gritar Añeja Coneja. Rarosa seguía sentada con la pata cruzada, sosteniendo un pájaro muerto entre sus manos, se levantó metiéndoselo al bolso y le dijo a la desorientada coneja: -¿Eres una coneja de las nubes de malvavisco verdad? Estas muy lejos de casa- Añeja continó viendo todo desorientadamente -¿Pero que es este lugar tan extraño?- preguntó finalmente más calmada la histérica coneja -Estás en el bosque de waffles, todos y todo es muy extraño aquí, aún que de todos modos no hay mucha gente, y tú eres de lo más raro que ha llegado en mucho tiempo; yo estaba feliz haciendo mis cosas friki y acosando gente cuando apareciste de la nada, saliste de un torbellino de polvo y azotaste en el suelo del bosque, ni modo que te disecara eres muy grande, así que se me ocurrió hacerte composta- Añeja coneja se quejó ridículamente -¡Nuu, nu quiero ser composta!- Rarosa hizo un gesto y giró sus ojos para luego decir -Sabes, la perra omega es la más desgraciada y mala del mundo, no será fácil ponerla en su lugar así como así, lo bueno es que por suerte sé quién puede ayudarte- La coneja saltó de alegría, o al menos lo intentó -¿Quién puede ayudarme?- -¿Pues quien más?, ¡la gran hada Maritzilea de la mantequilla!... aún que está muy, muy, muy, muy lejos de aquí- Añeja comenzó a berrear nuevamente ante el comentario de Rarosa,

La extraña ocelota era solo muy friki y no es que fuera mala, así que se puso un par de tenis converse rallados y pintarrajeados y con decisión le dijo a la ridícula coneja; -No te preocupes, si quieres, yo te acompaño- Añeja dejó de llorar y se quedó pensando antes de responderle a Rarosa Ocelota -¡Yay que bueno!, pero... ¿de veras está muy lejos?... es que me duelen mis patitas, son frágiles... ¡aaah! ¡buuu!... ¡creo que están rotas!- dijo la patética coneja mientras comenzaba a llorar otra vez -Rarosa estabá un tnto exasperada para ese momento, pero solo volvió a girar los ojos y continuó- Verás la gran hada vive en lo más algo de la montaña de hotkaces al final del bosque de wafles, justo arriba del cuadrito de mantequilla, y con esas patas rotas no vamos a llegar lejos- Rarosa se sentó a pensar con detenimiento mientras Añeja empezó de nuevo con su histeria -¡Hay no es cierto!, ¡mis patitas me duelen, están rotas!, ¡el cierre me pica! Buuuu, buuuu- de repente sus quejas se vieron interrumpidas por Rarosa que comenzó a caminar en la otra dirección, añeja se levantó tras ella -Hacía el otro lado del bosque podemos ir a hablar con Jotillo Zorillo, nadie mejor que el para darle a tus pobres patas los mejores zapatos del reino- -¿y está muy lejos? -Pues casi nada, hay que pasar el bosque de wafles y llegar hasta ciudad chupirul, estaá lejos pero no hay que subir montañas porque es planito, ¡Anda no te preocupes, ya casi estamos allá-

Y así Añeja Coneja y Rarosa Ocelota partieron hacia ciudad chupirul en busqueda de Jotillo Zorrillo...

Continuará...


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