Dulce Universo II

¡Fuera de mi nube!

El pánico seguía en la ciudad, los animales se levantaban en contra de la perra omega y sus seguidores y la reina luchaba con todas sus fuerzas, pero la perra omega no estaba tras la reina...

Dentro de la gran torre se encontraba Añeja Coneja custodiada por los dos guardianes, el pollito lloraba en una esquina en silencio sin decir nada, y al fondo el púlpito del orbe de caramelo brillaba con intensidad iluminando la sala entera, los grandes conejos guardianes salieron dejándolos solos en la gran torre; se trataba de una edificio alto y angosto con una sola ventanita en el punto más alto que dejaba pasar solo un tenue rayo de luz de día, era una habitación secreta a la que solo se podía entrar accediendo por el mismísimo trono de la reina a través de un pasadizo secreto, un lugar en el que además de la reina y sus guardianes nunca había entrado nadie desde hacia milenios. -¡Osh ninos!, por que me toco ser nana, ¡nu quiero!, no se ni como se hace esto, pero el orbe va concederte tu deseo escuiclito...- Dijo Añeja al pollito mientras lo colocaba frente al brillante orbe sin que nada sucediera- -¡Yo no sé como se hace esto!- dijo el pollito angustiado – Solo intenta pedirle que la perra omega regrese a donde pertenece.- Así el pollito se decidió a pronunciar su deseo, pero en ese instante la pequeña puerta se abrió dejando entrar de manera aspaventosa a la perra omega que, ante sus atónitos ojos sostenía el molinillo mágico -¡Este sera vuestro fin! quédense quietos panda de críos insensatos- dijo con un tono aún más fingido y sobre actuado que antes, y con un rayo de miel separó a Añeja Coneja del pollito, otro más y la dejó con medio relleno de fuera, en el suelo jadeando para respirar. -¡Por fin es mio!... ¡mio!- Sonrío malévolamente y se acercó con lentitud, admirando su momento de gloria; Pero Añeja Coneja consiguiendo coraje desde su último aliento saltó hasta el orbe tocándolo al mismo tiempo que la perra omega. -¡Oh poderoso orbe os pido saques a todos de este reino para que yo pueda gobernarlo!- Gritó casi al unísono la pobre coneja: -¡Nuuuuu!, ¡nu quiero!... ¡Nu quiero que el orbe sea tuyo!-. El orbe comenzó a destellar hasta despedir una luz cegadora; todos salieron volando por los cielos hasta desaparecer y la ciudad del reino malvavisco quedó desierta, solo quedó la perra omega frente al orbe. -¡Por fin! Es todo mio, ¡Con el orbe de caramelo y el molinillo mágico nadie podrá vencerme jamas! ¡jajaja!- Ella trató de sostener el poderoso orbe, pero antes de que pudiera siquiera volver a tocarlo un estruendo simbró todo el castillo, ¡el orbe se agrietaba y se rompía entre ases de luz y chispas incandescentes!, finalmente tras una gran explosión solo quedó en medio de la torre vacía un montoncito de polvo.

Furiosa, la perra omega entró a la sala imperial del palacio, y convocando el poder del molinillo mágico hizo que la propia reina se postrara a sus pies. -¿Qué le habeís hecho al orbe de caramelo?, ¡Contesta!- Con una sonrisita que le resultaba insoportable a la perra omega la reina le respondió sin bajar nunca la mirada -Yo no le he hecho nada, el orbe cumple los deseos de quien al tocarlo pide con el corazón, Añeja Coneja no quería que tu tuvieras el orbe, por eso se fue lejos, y no lo vas a encontrar jamás... ni siquiera yo puedo saber dónde está.- La perra omega palideció mientas escuchaba aquellas palabaras, recobrando la compostura continuó -¡Son unas!... oh muy bien si estaís creyendo que no podre hacer nada... ¡estaís muy equivocada!; con la magia del molinillo encontrare el orbe de nuevo, ¡y os arrepentireis!- La reína solo la miraba con lástima, sin decir una palabra, solo susurro con decepción -¡No te saldras con la tuya!.

A las afueras del palacio la perra omega se dio cuenta de que estaba sola en la ciudad, no había ni un alma; con un movimiento del molinillo se subió a un globo de chicle con la reina en custodia y zarpó en busca de sus seguidores -Ya veremos quien sale victoriosa, ¡tu os vienes conmigo y mis seguidores!, no cras que he creído que no puedes encontrar el orbe, ¡y quieras o no me ayudaras a recuperarlo!- Y así con el molinillo mágico bajo su poder la perra omega sale en búsqueda de su séquito,

Continuará...



En el siguiente capítulo, conoce a... Rarosa Ocelota.

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