Bitácora Onírica III

Solo en la oscuridad

Una vez más era parte de la energía en el universo, pero si mis ojos se cerraban desaparecía. “¡No quiero difuminarme, no quiero difundirme con el aire pues vuelvo a morir!”, sin embargo, levantar la mirada me estremecía pues no lograba ver nada, ya no podía sentir nada... Mi instinto me gritaba: “corre, sálvate de esta obscuridad”, pero no quise escuchar a nada, a nadie, no quise escucharme ni siquiera a mi mismo. Lentamente me levanté, mi cuerpo solo se elevaba entre el vacío, siguiendo mis ordenes desafiando toda lógica, finalmente mis pies pudieron alcanzar a tocar el suelo. Me mantuve de pie observando ese horizonte sombrío: nada, solo niebla obscura, vacío, todos habían desaparecido. El silencio me dejó escuchar una vez mas mi instinto peleando con mi consciencia, intenté eludir el bullicio que me agobiaba desde el interior, simplemente me decidí a huir de ahí…. Camino, pronto corro, pronto caigo rendido y de nuevo cierro los ojos; de nuevo estoy muerto, de nuevo solo… "¡NO!, no puedo terminar sin haber intentado una vez más”, y en un último intento volví a abrir los ojos lentamente; esperando que, al menos, en una ínfima parte hubiera logrado cambiar la oscuridad.


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