Para mi querida niña

Querida niña:

Me gustaría poder saludarte aún que sea por última vez, pero ya que te has disuelto entre la tierra y el fuego no me queda más que enviarte esta carta por medio del aíre, y esperar a que llegue al cielo, si, al cielo; porque estoy convencido que cualquier lugar en el que tu te encuentres de cualquier forma no puede ser otra cosa más que el cielo.

Recuerdo ese día en el que mientras seguía en mi vida casi rutinaria de repente pasaste junto a mí, en ese momento me dispare desde mi sendero accidentadamente al verte, y no es que la vida nos pusiera en el mismo camino porque definitivamente de salí del mío; y tu tan inocente me viste tan desentonado con el resto del mundo que pensaste que estaba algo loco, solo te acercaste de forma curiosa pero sin darnos cuenta nos perdimos en la complicidad, dicho sea de paso que también estás un poco loca, después de todo ¿quién desentona más con el resto de todo que nosotros?, todo el tiempo compartíamos esos renegridos pensamientos, aquellos grises olvidos y esos tormentosos recuerdos, y sin duda que las estrellas cayeran a tu lado fue hermoso, aún que para mí lo verdaderamente extraordinario fue haber sacado de ti las fuerzas para regresaras al cosmos.

Ahora que solo te escucho ente susurros inaudibles me pregunto si es qué sigues esperándome, después de todo yo me decidí a serte infiel con está vida que entre su aliento lleva tu nombre escrito y como a las palabras se la lleva el viento, si algún día vuelvo a enconarte se que volveré a amarte sin importar si tengo que volar a interceptarte, así que no te preocupes por mí, solo búscame cuando baje de está caravana demente. Algún día te veré de nuevo, no importa donde porque ese lugar se convertirá en el cielo.

Con mucho cariño:
Toto


0 comentarios: